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domingo, 4 de abril de 2021

Muera el roto Quezada

Existen muchas versiones respecto de cual fue el hecho que condenó al roto Quezada a quedar para siempre en la memoria colectiva de Chile. El mismo Pepo se encarga de aclarar los acontecimientos que motivaron la aparición de este personaje de la historieta.

Todo ocurrió un día de 1949 cuando Pepo, su esposa y su cuñada fueron gentilmente invitados a cenar por un teniente del Ejército al casino del Club Militar. En algún momento ambas señoras fueron al baño y cuando volvieron habían desaparecido sus carteras.

"Llamé al maitre -cuenta Pepo- y le reclamé. Dijo que había que hablar con el mayor Washington Quezada, gerente del Club. Solicitamos la correspondientehh audiencia y cuando estuvimos frente a él se comportó groseramente con mi mujer y cuñada. 'Lamentablemente', dijo, 'a esteb Club están llegando mujerzuelas que, además, se hacen las robadas' (...) Un 'por favor no me comprometas' de mi amigo militar, me retuvo en el asiento. De lo contrario le vuelo los dientes. Así que para abreviar dije: con rotos como este no se puede seguir hablando. Justo en esos momentos nacía Condorito y ahí lo metí entonces como un motivo de chistes. El perrito con la patita levantada y el letrero que dice 'Muera el roto Quezada'. Y al perro le puse Washington".


En el número 7 de la revista del año 1961 Pepo entrevista al perro Washington para explicarle a los lectores quien es el roto Quezada: "Lo llamamos roto en el sentido despectivo y ordinario de la palabra. Por supuesto, nada tiene que ver con el roto altivo de Yungay, con el roto trabajador y sufrido que labora en la pampa, en la mina, en el mar y en nuestros campos. Sencillamente, es un roto de miéchica".

La venganza se extendió a otras expresiones que aparecieron por años en la publicación: "Quezada Felón", "Hoy fusilan al Roto Quezada", "Cloteó el roto Quezada", etc. Según Pepo durante los años setenta un familiar de Washington Quezada se acercó a él para decirle que el mayor había muerto, que ya era absurdo seguir con las referencias a él en la revista. Pepo accedió, sin embargo, al poco tiempohh supo que Quezada estaba vivo y trabajaba en el Hospital Militar. Entonces continuó con el desagravio que desapareció definitivamente en la segunda mitad de los ochentas con la internacionalización de la revista, y la petición formal de la hijas del militar de terminar con la venganza.