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lunes, 11 de julio de 2011

Primera Guerra Mundial - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Los separatistas de Francia

Es difícil decir a esta altura de las cosas si el último atentado bretón está dentro de la línea del "despertar de las nacionalidades", fenómeno político central de nuestro tiempo en gran parte del mundo, o dentro del rechazo a la globalización, fenómeno económico también central de nuestro tiempo en gran parte del mundo. Parecería, sin embargo, que los datos apuntan a la primera hipótesis.

El Ejército Republicano Bretón -el autor sospechado- tomó su nombre del Ejército Republicano Irlandés, afirmando su posición común en planteos generales con esa organización del único Estado celta que ha logrado su independencia dentro de un planteo muy amplio en que se inscriben Escocia y Gales, con grandes posibilidades de poder iniciar un diálogo concreto al respecto con Inglaterra, y con grandes aspiraciones los movimientos considerablemente más débiles de las regiones mucho más pequeñas y donde la colonización y absorción por parte de Londres ha sido mucho más profunda: Cornualles y la isla de Man (aunque ésta conserva una formidable autonomía).

El fenómeno celta

Los celtas fueron el pueblo indoeuropeo dominante en el continente durante mucho tiempo, hasta que el avance de los germanos hacia el Sur y de los latinos hacia el Norte los fue desplazando. Hace dos mil años Julio César venció a las tribus de Galia y cautivó a su jefe, Vercingetorix, con lo que comenzó la romanización que abarcó toda la actual Francia. Sin embargo,quedaron elementos en el idioma que, aunque latino, es pronunciado por los franceses "a la gala", por ejemplo en la imposibilidad de pronunciar la "erre".

En resumen, los celtas quedaron reducidos al archipiélago británico, pero desde allí y en sucesivas oleadas emigraron a la península de Armórica, a la que dieron el nombre de su país, "Breizh", Bretaña. Venían de Cornualles, de Devon y del norte de Gales y absorbieron a la población gala local ya muy latinizada. Algo que debería haberlos hecho famosos fue la cantidad anormal de santos en su Iglesia: 7847, todos perfectamente documentados y con reliquias veneradas.

Se constituyeron como pueblo hace unos once siglos y como reino poco después. El primer monarca, Nominoé, pasó a la historia por su victoria sobre los francos de Carlos el Calvo en 845. Luego las invasiones normandas devastaron gran parte del país, la nobleza huyó y cuando volvió ya estaba latinizada. Rebajada de reino a ducado, Bretaña tuvo como idioma oficial del Estado el francés, que no salió, sin embargo, de la Corte y la administración. En 1532, un ultimátum de Francisco I los obligó a aceptar la pérdida de sus propios soberanos. En lo sucesivo el rey sería su duque, pero la administración corría por cuenta de los Estados Generales bretones; ninguna ley emanada de París sería válida si éstos no la aceptaban y si no la registraba el Parlamento (tribunal supremo); los impuestos deberían ser votados por aquéllos; los bretones sólo podían ser juzgados en Bretaña y las tropas bretonas sólo pelearían allí. La Revolución Francesa abrogó por sí el tratado (1790) y de inmediato comenzó una cruenta guerrilla con un ejército muy organizado: el chuán. Luchó años y sólo fue vencido cuando Napoleón mismo los enfrentó.

La Revolución fue para ellos desastrosa. El famoso Barrere, el mismo que atacó ferozmente el vasco en un largo discurso en la Convención (2 de piovoso de II, diciembre de 1793), afirmó: "El federalismo y la superstición hablan bretón". Había triunfado el ideal jacobino: un solo idioma en un Estado "único e indivisible". Esto no ha cambiado. El ministro De Monzie, al inaugurar el pabellón bretón en una exposición de arte, le hizo eco: "Para la unidad francesa es necesario que el bretón desaparezca" (1925).

La reacción fue lógica. Ya en 1911, y tras muchas tentativas moderadas, se fundó el Partido Nacionalista Bretón, que reclamó la independencia. Luego de la Primera Guerra Mundial -y tras haber sacrificado a 240.000 bretones, el 10 por ciento casi de la población- lo plantearon en la Conferencia de Paz en Versalles con los mismos títulos que lo habían hecho los polacos -con éxito- y los irlandeses, algo más tarde. No fueron atendidos. Irónicamente, durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes los escucharon: se abrió una escuela experimental, una radio y una revista, ambas en bretón, y el Instituto Céltico.

Una bandera en Notre Dame

Han seguido desde entonces numerosos otros movimientos similares o parecidos. El partido nacionalista, pragmático, planteó sólo la autonomía y "adsav 1532", el respeto al acuerdo de 1532, amenazando con llevar el caso al tribunal internacional de La Haya. La autonomía, en términos no políticos, la pidió la Unión Democrática reivindicando sin embargo "la opción nacional de Bretaña".

Con mucha más violencia, el Frente de Liberación Nacional realizó 20 atentados contra oficinas públicas (1968). El Ejército Republicano, separado de sus filas, y mucho más radicalizado, los continuó en septiembre y octubre de 1971 y los acentuó en 1972 -media docena en Bretaña y uno en París-. Durante el proceso a los sospechosos alguien izó una bandera bretona en lo alto de Notre Dame, uno de los acusados se negó a hablar francés y se expresó sólo en brezhoner(bretón). Bretaña tiene 34.077 kilómetros cuadrados y 3.200.000 habitantes. La tercera parte habla bretón (oeste).

Los separatistas bretones están federados con las demás nacionalidades no reconocidas por Francia en una organización coordinada. Salvo los corsos -cuya reivindicación es idéntica a la bretona-, los demás no han recurrido a la fuerza.